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Una Liberación Especial

Día 4200 del quinto circulo:

 

 Como era usual, yo tenia que… cada 1600 lunas, dejar mis tierras para poder hacer la acostumbrada liberación de mi lado oscuro. Esta liberación me permite mantener esta en calma por otros 800 días, y debía realizarse fuera de mis tierras porque esta tenía un resultado impredecible.

 Durante la luna anterior se había realizado una ceremonia, celebración por la cual se asignaba el cuidado de mis tierras al regente en turno, quien había obtenido mi gracia y confianza. Tan pronto esta acabó, decidí que era tiempo de comenzar mi marcha fuera de mis tierras.

 Dos días después de mi partida, había encontrado un edificio muy extraño, en ese tiempo, mi lado oscuro ya había emergido, en cada paso que daba, quedaba implantada una huella de oscuridad puro, el aire a mi alrededor se volvía espesa e irrespirable, comparable con el fétido hedor de muerte y destrucción, mi expresión había cambiado a lo que mi apariencia física realmente marcaba.

 Lentamente, más como tranquilidad que como precaución, comencé a acercarme a ese lugar. Un olor cadavérico, como cuerpos muertos mas sangre de asesinados, estaba llamándome, por cada paso que daba, este se fortalecía mas, casi siendo capturado por ese olor. Pero, a diferencia de una atracción normal, mi lado oscuro respondía de forma adaptativa, esta tenia mis mismas habilidades y dotes, pero el no negaba en usarlas.

 Antes de alcanzar la entrada principal del lugar, este cerró sus ojos y, después de recitar un hechizo en un lenguaje desconocido para todos los seres de esos lugares, comenzó a decir ‘Seres caídos, seres fallecidos, seres cuyo trágico fin es solo comparable con el tormento que están pasando, levántense, y libérense de las cadenas del sueño eterno, denme su poder como yo les daré la libertad de volver a caminar sobre este mundo’ levante mi mano derecha, cual sostenía mi báculo-cobra y comencé a golpear fuertemente el suelo con la punta inferior de esta repetitivamente. El sonido del golpe se podía sentir a kilómetros, como una tormenta eléctrica de maldiciones y agonía. Los seres que se encontraban en el interior comenzaron a notar algo horriblemente malo en el lugar: Los objetos, aquellos que poseían, de alguna manera, rastros de esencia de los caídos, comenzaron a manifestarse, como si parte del alma de estos, nunca pudieron abandonar ese lugar. Se agitaban de manera impredecible, eran lanzados al aire como si nada, los bisturís salían volando en todas direcciones y se incrustaban en las paredes o sobre cualquier superficie que tocaban en el acto; incluso la puerta, que había sufrido roces con algunos de los cuerpos, o incluso sangre de estos, se había trabado, encerrando a los seres dentro de su interior. La casa tenía vida propia, incluso los muertos que estaban en ella comenzaban a levantarse.

 De ahí, un restaurado cuerpo femenino comenzó a reanimarse, los seres del interior sufrieron un ataque de pánico colectivo, provocado tanto por los sucesos, que por como mi lado oscuro manipulaba sus mentes, incrementando el factor de terror que esto mostraba, enseñándole a estos como los cuerpos reanimados, reaccionaban y atacaban a cada uno de los seres, desmembrándolos parte por parte. Cada ser tenía una visión diferente de lo que ocurría. En las ilusiones, los muertos comenzaban a atacar a los vivos, la sangre de estos era desparramada y cubría todo extremo de la habitación así como esta brotaba de los cuerpos mutilados al momento de abrírseles la piel, pero fuera de la ilusión, ellos mismos se atacaban entre si.

 En la ilusión, los muertos no mostraban un patrón de ataque por necesidad de alimentación, estos mostraban un patrón de odio y venganza, arrastrando sus garras sobre la carne de los vivos con desden, las deformadas uñas de estos dejaban marcas irreconocibles. Estos mordían de tal forma comparable a animales salvajes defendiéndose, pero sus decrépitos dientes y colmillos se hundían tanto que al cerrar sus bocas, estas se llenaban completamente con parte de los vivos. Una verdadera masacre conducida por la ira y la maldad mezclada con la venganza; tormento suficiente para pedir la muerte, pero que nunca parecía obtenerse.

 En contradicción, fuera de la ilusión, los muy pocos muertos abrieron sus ojos y comenzaron a levantarse de sus sitios, incluso contemplaron la escena de los vivos mutilándose a si mismos, pero sin destruir puntos vitales de ellos, por un corto periodo de tiempo. Entonces, desde dentro de las cabezas de los muertos, comenzaba a resonar un simple llamado, algo que los impulsaba a salir del ligar aparte de sus propios impulsos del lugar; con torpes y lentos pasos, desbalanceandose debido a la falta de costumbre  al caminar y a su vez a calidad reducida de sus cuerpos, después de que la puerta emito un sonido de destrabarse y abrirse, rechinando con lentitud, estos comenzaron a marcar su camino fuera del edificio donde mi lado oscuro los esperaba.

 Una vez estos comenzaron a cruzar la entrada, observaron los rayos de luna tocando sus rostros, la suave brisa de la noche rozando sus pieles y la ausencia de gritos y sonidos de objetos metálicos siendo utilizados.

 Mi lado oscuro recibió a la fémina muerta con los brazos abiertos, extendiendo su gabardina negra, como un ser recibiendo a sus pares, o como un amo a sus sirvientes perdidos, invitándola a acercarse y unirse con el dentro de su gabardina, y ser abrazada por un mejor futuro bajo el manto de la noche, una invitación imposible de negarse.

 Momentos atrás, tan pronto como los muertos habían cruzado la primera puerta, un horrible gemido de dolor resonó desde las gargantas de los seres, cuales después simplemente callaron y se detuvieron todos los sonidos

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