top of page

Mis Maldiciones

Día 6000 del 6áµ—áµ’ circulo:

 

Tiempo ha pasado desde la última vez que escribí algo, tanto mis memorias, como parte de m conocimiento fueron transcritos en este libro, difícilmente noto aquí, en olvido, cuando acaba una luna y comienza otra; pero esto ya me tiene sin cuidado. A continuación, y debido al escaso conocimiento sobre mí no-ser que eh presenciado a lo largo de mis viajes pasados, me tomare la libertad de anotar y tratar de detallar una lista de mis maldiciones, aquellos efectos negativos puestos en mí, tanto por Olvido mismo como por sucesos experimentados a lo largo de mis viajes.

 El primero, y más poderosos de tratar es la maldición de la Soledad: esta fue impuesta por Olvido mismo, al instante de derrote al anterior Señor de Olvido. Para asegurar mi total fidelidad a esta se me ha negado totalmente cualquier vínculo afectivo con os seres que pudiera conocer, tanto en relación íntima como en formación de familia; en cuestión de amistades, estas se me han permitido siempre y cuando sean benéficas para Olvido, lo que me lleva al análisis y estudio de otros seres sobre “Encuentro y Relación” tanto pasiva como activa dentro de un mismo punto, que no aparte mi concentración sobre Olvido mismo.

 

 La segunda maldición impuesta n mi por Olvido, es la llamada “Cautiverio”: Tras haber derrotado al anterior Señor del Olvido, Olvido se ha transformado en mi prisión de existencia, asi como mi ser paso a pertenecer a este plano sin posibilidades de pertenecer a ningún otro, Olvido y yo nos volvimos uno.

 

 Las próximas dos maldiciones fueron impuestas como daño colateral despues de haber logrado liberar un poco de mi energía mental, proyectando esta como un caparazón que me permitiría observar, estudiar, analizar y relacionarme (en tanto no entre en conflicto con la maldición Soledad) con otros seres. Estas dos son Olvido y Consumición Temporal:

 La primera d estas dos es tan simple como compleja; al ser mi esencia solo un rastro de energía mental, esta se manifiesta a través de los sentidos del otro ser; es decir, el ver, el oír, el tocar, l oler y el degustar mi ser están conectados con la mente del receptor, en pocas palabras, mi ser deja de existir para el otro cuando, tanto este como yo mismo, perdemos u olvidamos al otro ser; lo que significa que ninguno de los dos recordaremos habernos visto o conocido alguna vez.

 El segundo, Consumición Temporal, está unida al consumo de energía mental necesaria para realizar viajes por diferentes planos, disminuyendo drásticamente el tiempo de permanencia de mi ser en un lugar determinado.

 

 Mis últimas dos maldiciones son las más simple, cuales se remontan a momentos antes de mi llegada a Olvido, uno de los muy pocos conocimientos que mantengo antes de mi llegada a este; estas dos son “Honestidad” y “Ambrosia”. Si bien estas no son maldiciones, pueden ser consideradas como tales debido al efecto que poseen:

 La primera, Honestidad, como su nombre lo dice, no me permite decir mentira alguna, si quiera por una buena razón o motivo; mi honestidad siempre aleja a todo ser a mi alrededor, por no decir algo que ellos quieran oír.

 La última de estas, Ambrosia, es el resultado de la consumición de un néctar especial creado para el paladar de los antiguos dioses. El sabor de la ambrosia es tan delicioso como único y poderoso; un ser, que no es un dios, solo tiene permitido el consumir solo un par de gotas de esta. Pero debido a su sabor atrapante, consumí más de lo debido, lo que no solo quemo mi paladar, sino que toda aquella comida y bebida que ingiriese se volverían cenizas en mi boca, perdiendo toda esencia misma de esta.

bottom of page