Dos Lunas… eso fue lo que la profecía anunciaba; el momento que mi ser anhelaba había comenzado y con eso mi periodo tato de total fertilidad como de frialdad, momentos por el cual no era controlado por Olvido, no sentiría su presencia compartida dentro de esa coraza la cual llamaba cuerpo. Como si por ese momento, mi esencia se hubiese fusionado con la representación de mi presencia. Pero, algo que parece muy bueno para ser cierto, por lo general e muy bueno para ser cierto.

 Durante la primera luna, permanecí encerrado en mi habitación real, siendo, de vez en cuando, visitado y atendido por uno de mis magistrados. Asistiéndome en la búsqueda de conocimiento; mucho había para aprender, pero poco de cierta relevancia; muy pocos seres, en comparación con la enorme cantidad de seres existentes, tenían algo para enriquecer el intelecto. Pero, de los pocos, eh podido extraer algunas frases verdaderamente significativas. Doce horas habrían pasado y la luna lentamente se retiraba dando lugar a la aparición de la segunda luna. Esta era la que decidiría el futuro de mi posible descendencia.