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Pacto E'et Ista

Día 3000 del quinto circulo:

 

 2000 lunas y un siclo pasaron desde la restauración de Chag’Eth Dor. Silvio The Forgotten, el emperador, estaba esperando el reporte de sus exploradores. Mientras tanto el daba su ronda diaria por los alrededores de sus tierras, asegurándose que todo estuviera en orden.

 Silvio tenia sus guardias e informantes, pero a el le complacía, de vez en cuando, dejar su castillo y ser abrigado por el manto de la noche mientras contemplaba sus tierras por los aires; notando nada sumamente extraño mas que algunas bestias salvajes.

 Al amanecer del día siguiente, Silvio noto una figura masculina acercándose en la distancia, arrastrándose por el suelo, cuyo avistamiento le hace dar la alerta a la guardia, y acto seguido se dirigió a su castillo, mas precisamente, a su sala de alquimia, para retirar un frasco de esencia de lagrima de Fénix, una poción restauradora de muy alto efecto. Después de eso, él tomo si camino hacia la puerta de su castillo, donde era esperado por cuatro guardias, de los cuales dos de ellos estaban sosteniendo al explorador. Silvio le administro lentamente la esencia al explorador, que rápidamente había sido identificado como un cuerpo de la segunda campaña del cuarto regimiento de investigación, estos eran quienes se encargaban de examinar la ubicación de posibles nuevos asentamientos para la expansión del imperio. Una vez administrado, el explorador empezó a mostrar una rápida mejora en su deplorable condición, los cortes en sus hombros comenzaron a cerrarse, la sangre parecía ser absorbida por su propia piel, y los moretones en su cara y el resto de su cuerpo comenzaron simplemente a desaparecer. Una vez que el explorador recupero su salud, este tomo un muy profundo respiro y saco un pequeño mana de su bolsillo; mostrándole, al emperador, la ubicación de un amplio terreno, que paresia haber estado desolado por un muy largo tiempo, pero el mapa, cartografiado por el mismo explorador, marcaba la ubicación como un amplio poblado, mas como una ciudad cubierta por un enorme muro. Esta ciudad sería futuramente conocida como E’et Ista, lo que significa Noche Eterna.

 Silvio The Forgotten, el emperador mismo, tomó a un puñado de sus mejores guerreros, y partieron hacia esas olvidadas tierras. Pero, para no dejar a su imperio desprotegido, el cargaba en su mano derecha un extraño orbe, el cual contenía en su interior una representación a escala de todo Chag’Eth Dor, incluidas las siluetas de cada ciudadano y miembros de esta.

 Podría decir que el viaje estuvo plagado de peligros y emociones, pero estaría mintiendo. El camino a destino fue, en su mayor parte, tranquilo. Ese viaje solo tomo tres días a paso firme. Cuando, una vez llegados a este, el explorador, aun reposando en la enfermería de las barracas del imperio, dio un enorme y repentino grito de agonía y fallece en el acto. Silvio oyó el grito, pero su mirada quedo fija en los enormes murallones de la ciudad, y se puso a pensar, preguntándose sobre lo que había ocurrido allí como para convertir esa enorme ciudad a la vista de todo el mundo en solo un territorio perdido, y, que había sido lo que había atacado a aquel pobre explorador de una manera tan salvaje que hasta los peores asesinos lo llamarían una bestialidad después de haber encontrado esa zona.

 Al acercarse a uno de los enormes portones de la ciudad, Silvio ordeno a los guardias que exploren los alrededores de la ciudad, pero los guardias, en desconocimiento, observaron a sus alrededores, en el mismo lugar donde estaban parados, sin decir una sola palabra. Silvio notó algo raro en no oír la confirmación de sus hombres y lentamente dio media vuelta, observándolos mientras les repetía la orden, a los cuales, el capitán de la división dijo ‘’pero, su eminencia… aquí no hay mas que una húmeda y frondosa Cienaga’. Esto respondió a una de las preguntas que él tubo en su mente. ‘Ya veo…, así que este lugar esta bajo un hechizo de ilusión’ Silvio comento en voz baja, casi para sus adentros; después de un momento, él se acerco a sus hombres y recitó un hechizo avanzado de revelación, mostrándoles a sus escoltas el lugar como se suponía que era. Todos los guardias asintieron con la cabeza y empezaron a rodear los paredones sin saber lo que estos realmente escondían.

 Una vez que aseguraron de que toda la zona exterior a los muros este despejada, comenzaron a forzar uno de los portones a abrirse. Una vez esta abierta, Silvio y sus hombres empezaron a traspasar mas allá de las murallas, notando en su interior un paisaje tan desolado y sombrío como tétrico: cadáveres de todas clases de seres y criaturas dispersos en las calles, algunas aun mostraban las acciones que estaban realizando en el momento de su muerte, como si el tiempo se hubiera detenido en ese lugar, sin embargo parecían como su hubieran estado mas de 1000 años muertas. Cuando todos miraron había arriba, notaron un cielo totalmente rojo, con una atmósfera totalmente paranormal, cosa que desde fuera no era posible observarse. Sin embargo, y sin vacilar, ellos decidieron caminar hacia el epicentro de la ciudad. A cada paso dado, una visión mas perturbadora de la cuidad se mostraba, cenizas empezaban a brotar del suelo y los cadáveres se volvían manchas blancas y rojas en este, a su vez una extraña niebla comenzó a formarse y extenderse de la nada. Y, de repente, uno de los guardias empezó a gritar mientras una fuerza misteriosa lo arrastro hasta perderse de vista dentro de esa niebla, cual incremento el miedo hacia esta, uno a uno comenzaron a desaparecer hasta quedar cinco de los quince hombres y el emperador. Rápidamente, él ordenó, al resto de sus hombres, que salgan del lugar y quedarse fuera de los muros diciéndole al capitán que él mismo iba a buscar la causa de tales sucesos y erradicarla, el capitán asintió con la cabeza dos veces y se marco con el resto de sus hombres.

 El emperador, ya solo, decidió seguir su camino, a l que se suponía ser el centro de la ciudad, una enorme capilla adornada con rubíes, gemas y brillantes de color carmesí, que resaltaban un ambiente sangriento, y cuyo poder alimentaba al mismo corazón de lo que estaba ocurriendo allí. Silvio notó, aparte de la apariencia de la abandonada capilla, que resaltaba ser no tan abandonada, el echo de que a contraluz las gemas iluminaban una especie de marca rúnica alrededor de toda la pared de esta, como si la capilla hubiera sido el centro de toda esa actividad paranormal.

 Mientras tanto, ya en las afueras de la cuidad, los milicianos observaban como lentamente la ciudad se consumía a si misma. Preocupados, pero a su vez confiados por el retorno del emperador, montaron guardia allí, en espera de una señal y, a su vez, asegurándose de que nadie interrumpiera en el lugar.

 Dentro de la ciudad, Silvio se acerco a las puertas de la capilla, y estas lentamente se abrieron. Un segundo antes de colocar el primer pie dentro de esta, cinco demonios caninos comenzaron a acercarse hacia él. Pero manteniendo distancia; a simple vista, estas criaturas parecían ser hostiles, con sus gruñidos, ladridos y falsos intentos de ataques. Estas bestias rápidamente captaron su atención; porque, aparte de sus apariencias deformes, estas actuaban con espiritualidad, en mayores palabras, estas estaban probando al emperador en lugar de mostrar su verdadera naturaleza hostil. Ellos veían al emperador como uno de los suyos y querían saber si era miembro de los suyos, pero él actuó con indiferencia hacia estos, su falta de esencia misma lo camuflaba con el del lugar y sus alrededores. Aun entre los constantes gruñidos y ladridos, el emperador decidió seguir su marcha dentro de la capilla; cual, brotando de las paredes, donde mas gemas carmesí nacían, estas liberaban una especie de fluido rojizo, el cual seguía el camino de canaletas a lo largo del suelo. Pero, al pararse en el centro de tan magnifica edificación etérea, las bestias, que se habían detenido en la entrada, aparecieron delante de él, tomando a su vez la forma física que poseía el emperador en ese momento; cinco semidragones estaban parados enfrente de él, cruzando miradas con este; y, enfrente de ellos, él se veía a si mismo, purificando las aguas del rojizo estanque en el extremo opuesto de la puerta principal de la capilla. Tan pronto como el agua tomaba una apariencia mas normal, los seres lentamente se acercaron al emperador y comenzaron a fusionarse con él. Silvio tenia el presentimiento de que no había nada de que preocuparse, que todo se veía mas claro cada vez que uno de ellos entraba en él, como si ellos le estuvieran dando algo que Olvido nunca pudo darle; y, a su vez, estos seres, le entregaron y revelaron la verdad de esas tierras, cuyo secreto debería permanecer dentro de este.

 El emperador cerro sus ojos lentamente, y cuando el abrió lentamente estos, se vio sentado en el trono del castillo de su nuevo reino, al que este dio a conocer como E’et Ista. Una ciudad que se volvió tan poblada como autosuficiente, nadie supo ni sabrá que fue lo que el emperador vio allí, pero lo único que saben es que estos seres resguardan las tres entradas, el castillo y la capilla de esta; asegurando el salvaguardado de esas tierras.

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